El libro de Soledad Gonnet: "La paradoja de Teseo" (poemas), una nueva publicación de Letritas del Changarrito


Quiero entregarme, sin propósito acordado.
No poner resistencia.
Ser tomada sin angustia
sin el más mísero
esbozo
de duda.






















"Viaje súbito", Carla Rippey, 2012, grabado, contribución especial
para el libro "La paradoja de Teseo" (poemas)


Reseña

LOS PROCESOS DEL LODO

Ve con valentía y dice con gracia. Soledad Gonnet no cierra los ojos y tampoco cierra la boca, ni ante el dolor, ni ante el absurdo. No desconoce ni menosprecia los horrores del ahora, pero lo acepta. Sí, dice, es mejor ahora. El vértigo de la verdad le revuelca las entrañas tan hondamente como la ternura suavemente las mece; con exactitud matemática la ha reconocido y la ha pronunciado; con sensualidad la ha vuelto melodía y la ha escrito en este hermoso libro impreso en serigrafía y encuadernado a mano, acompañado por una calcografía de Carla Rippey. Este libro es la opera prima de Soledad y sorprende por su calidad y belleza, pero también y sobretodo por el equilibrio que guarda en cada verso la sensualidad, la inteligencia y las emociones.

            Sus versos nacidos de un poder auténticamente suave, transcurren entre la ironía y un dolor que dibuja con diferentes matices. Su capacidad de percepción la lleva a distinguir, por ejemplo, en el dolor del parto, no sólo el que vive la madre, sino el que siente el hijo. La ciudad, el narco, la familia. Ah, y los colores. Soledad no es poeta de blanco y negro, ni de fuertes contrastes. Ella es capaz de dibujar igual líneas duras que  suaves, pinta paisajes multicolores o estampas en una amplia gama de grises: la mujer, la hija, la madre, la nieta, la amante, la amiga; la que susurra, la que grita, la que canta.

            Y eso es lo que aparta a sus versos del cinismo usual en los que tienen tanta capacidad de ver y cuyo sufrimiento no ha sido decantado en los procesos del lodo. En sus versos, tanto el odio como el amor han sido sometidos a temperaturas extremadamente solitarias hasta que en ese crisol, se ha alcanzado una pureza extraordinaria y es esa pureza la joya en la que se han engarzado como dos piedras preciosas, la fuerza y la belleza de la vida.

Raquel Olvera


Soledad Gonnet (Paysandú, Uruguay, 1972) vive y trabaja en México DF desde hace 20 años. Llegó a México para estudiar Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas en la UNAM.  Comenzó su acercamiento a la poesía en 2005, cuando se incorporó al Colectivo Poético Cardo, dirigido por la Maestra Raquel Olvera.  Participó en el proyecto poético CFW Poet Agency. Publicó sus primeros poemas en la antología “Movimiento pendular simple” y “La oscuridad que late al fondo”. “La paradoja de Teseo” es su primer libro.

Comentarios